Así como hay de esos amigos verdaderos que están con nosotros en las buenas y en las malas, existen, asimismo, otros supuestos “amigos” que solo hacen más daño que bien a las personas.Por otra parte, también tenemos a aquellos compañeros leales y a toda prueba, y otros pseudo “compañeros” de labores, en relación con los cuales, lo mejor es mantener una distancia prudente –¡y bien lejana!– por lo venenoso y tóxicos que pueden ser. Revisemos brevemente cuáles son estos “compañeros tóxicos”, cuyo aporte a la relación interpersonal sólo puede sumar un cero a la izquierda y/o causar mucho daño:

  1. El compañero criticón: una persona criticona mantiene, habitualmente, una postura y/o actitud negativa o contraria al grupo con el cual interactúa. Tiene a mano siempre un “pero” para todo, se trate del tema, persona, situación o asunto del que se trate. Ser criticón, es sinónimo de ser un sujeto negativo que puede actuar, incluso, con maldad y mala intención. Una de sus frases favoritas es: “De qué se trata… para oponerme”. La sabia recomendación en relación con estos sujetos es evitar que influyan en nosotros y en nuestro comportamiento con los demás.
  2. El compañero victimoso: estos individuos encuentran todos los días y en todo momento motivos para victimizarse, quejarse y protestar. Son verdaderos “vampiros emocionales” que drenan la energía de las personas que se encuentran a su alrededor. Lo que esperan, es que los demás se conviertan en una suerte de médico de cabecera, coach particular, curandero certificado, exorcista profesional y asesor espiritual capaz de acoger todas sus quejas y tragedias personales. ¿La recomendación para este tipo de sujetos? Muy simple y directa: no dejarse contagiar bajo ninguna circunstancia y alejarse de ellos a toda velocidad, ya que cansan y dejan exhaustas a las personas que están cercanos a ellos, incluyendo a sus propias familias.
  3. El compañero chismoso y copuchento: a estos sujetos les encanta crear y/o difundir rumores y chismes de pasillo, y están siempre atentos a escuchar y propagar conversaciones ajenas. Este tipo de individuos tienden, asimismo, a propalar noticias exageradas, abultar las cosas y, a menudo, no dudan en mentir si eso les ayuda a cumplir con sus objetivos más oscuros. Los sinónimos más suaves que caracterizan a estos sujetos son: “personas exageradas y alaracas”. La recomendación en relación con estos individuos es muy sencilla: no convertirse jamás en cómplices de sus chismes y rumores malintencionados.
  4. El compañero ambicioso y exitista: la ambición se define como aquel intenso y vehemente deseo de conseguir una cosa o meta difícil de lograr, ya sea que se trate de riquezas, fama o poder, lo cual, en rigor, no sería tan malo, si no fuera por el hecho que en el caso de estos “compañeritos” estamos frente a sujetos muy egoístas y competitivos que sólo viven y trabajan en pro de sus propios intereses, quienes, para lograr –por ejemplo– un ascenso en la oficina, están dispuestos a pasar por encima de sus compañeros, sin que les importe mucho el daño que puedan causar. La recomendación en relación con estos individuos es proceder con mucho cuidado e “ir con pies de plomo”, es decir, con precaución y con mucha cautela.
  5. El compañero manipulador: estos sujetos pueden ser muy peligrosos, ya que siempre tienen lo que se llama una “agenda oculta” bajo la manga, en función de la cual, intentan por todos los medios ejercer algún grado de control o influencia en el comportamiento de sus compañeros, utilizando diversas técnicas de persuasión con la finalidad de anular y/o eliminar la capacidad crítica de aquella persona sobre la cual se quiere ejercer la manipulación, una acción que, sin excepción, siempre trae aparejada lo que previamente señalamos como “agenda oculta”. En este sentido, la agenda oculta dice relación con ciertas intenciones del sujeto manipulador hacia sus víctimas, pero que no son reveladas en forma abierta –y que el sujeto espera que nunca sean descubiertas–, a fin de conseguir un determinado objetivo que sólo beneficiará a quien ejerce la manipulación. Y si para ello tiene que mentir y engañar, no dudará ni un solo segundo en hacerlo. La única recomendación posible ante este tipo de sujetos –quienes, incluso, pueden aparecer ante nuestros ojos como individuos “encantadores y simpáticos”–, es no caer en sus trampas, identificar sus verdaderas y ocultas intenciones y mantenerse firmes en la postura de rechazo hacia dichos sujetos.

En relación con estos cinco compañeritos tóxicos es preciso dejar consignado que varios de ellos pueden ser individuos expertos en la “manipulación de las emociones” de las personas. Algunos de estos sujetos tienen, asimismo, grandes habilidades para mentir y disfrazar sus engaños. Dado el hecho que son personas bastante egocéntricas, es decir, sujetos que están convencidos que sus propias opiniones, ideas e intereses son más importantes y valiosas que las de los demás, es muy difícil –cuando no imposible–, que estos sujetos puedan ser capaces de empatizar e interesarse por lo que están sintiendo y/o pensando quienes los rodean. Recomendación final: esté atento(a) y alerta a las señales y conductas que han sido descritas en relación con cada uno de los cinco tipos de compañeros tóxicos, ya que eso le puede ayudar a evitar más de algún disgusto o daño, tanto a su salud mental, como así también física.