El reconocido filósofo neerlandés, expone algunas ideas del conjunto que ofrece en el libro “El arte de ser humanos”, que es una respuesta a cómo tratar el fascismo, echando mano de lo que nos ha enseñado nuestra historia, combatiendo la estupidez y las mentiras y actuando con valentía y compasión.

Vivimos una época en la que domina una cultura de regreso al fascismo, la sociedad tribal, el nacionalismo, las drogas, las guerras y la violencia, y México es una prueba de ello. Y ante eso, se hace necesario que las personas actúen como seres humanos, lo cual es un arte, no una ciencia, plantea Rob Riemen.

En entrevista, el reconocido filósofo neerlandés, expone algunas ideas del conjunto que ofrece en el libro “El arte de ser humanos”, editado por Taurus, el cual comienza a circular en México.

El también fundador del instituto Nexus de Ámsterdam, Países Bajos, uno de los centros de reflexión filosófica y cultural más importantes de Europa, recuerda que ya en 1963 George Steiner alertó, en su libro, “Humanidad y capacidad literaria”, que estamos en la era de la poscultura y añade. Venimos de una ruina de valores.

El diagnóstico es severo, aunque lo presenta como cinco pseudo culturas que hoy dominan la interacción de las personas: lo Kitsch, donde lo importante es lo que aparece en las redes sociales, con todo y la obsesión por las selfies, en la que es más importante ser sexi que tener belleza interior; la idolatría a la ciencia y la tecnología; la idolatría a las celebridades, así como la cultura del dinero.

La consecuencia de esos cultos, refiere, es una sociedad nihilista, como Friedrich Nietzsche ya lo dijo —ataja—, pues estamos en una sociedad donde ya no hay libertad, verdad, pasión, ni belleza. Es una lucha constante por el poder.

En el libro, ofrece cuatro estudios sobre el arte de ser humanos. El primero, producto de una reflexión solicitada vía carta por estudiantes mexicanos y donde habla de la guerra como severa maestra de vida; el segundo, sobre el combate a la estupidez y las mentiras; el tercero es un estudio sobre la valentía y la compasión y el cuarto es sobre la liberación del miedo, a través de la creación artística y el verdadero amor.

—Si, como lo plantea en este libro, ser humano es un arte que cada individuo tiene qué dominar, ¿cómo se consigue?

—Todos somos seres humanos y, como tales, todos estamos conscientes. También estamos llenos de inseguridades, con nuestros miedos, frustraciones, dudas, sobre si estoy haciendo lo correcto o no y porque está paspándome esto a mí.

Es parte de la vida, especialmente cuando las cosas difíciles que se nos vienen a todos, cuando nos está pasando algo difícil.

Al saber esto, el arte de ser humanos es activar tu naturaleza espiritual; cultivar el alma humana; es la búsqueda de la sabiduría.

—¿Qué implica tener nobleza de espíritu?

—Es la quinta esencia de ser capaz de convertirte en ser humano. Es un sentido para que puedas vivir tu vida con dignidad. Hacer que tu propia vida sea significativa. Vivir una vida significativa es completamente diferente a ser rico o ser exitoso.

Independientemente de donde vengas, te puedes convertir en un buen ser humano, haciendo lo correcto.v

—Sería muy tonto. Imagina que no recordemos todas las cosas que nos pasaron en el siglo XX y no hubiéramos aprendido las lecciones que nos dejó la historia.

La historia nos enseñó qué tan sencillo puede ser que los demagogos regresen al poder y la consecuencia de tener una democracia en masa, en lugar de cultivar una verdadera democracia.

En una democracia en masa, la gente está llevada por sus instintos de miedo y de voracidad; en una verdadera democracia, la gente acepta sus propias responsabilidades para cultivar ciertos valores espirituales y morales.

Eso ya lo hemos visto en la Primera y Segunda Guerra mundiales, en la Guerra Fría y ya se nos olvidó todo. Estamos de regreso a los 30.

—En las primeras décadas del siglo pasado, se hablaba del ascenso del fascismo, el comunismo y ahora hablamos del ascenso del neopopulismo. Parece que no aprendemos del pasado.

—En mi libro “Para competir en esta era”, hablo del eterno retorno del fascismo. Lo escribí en 2010, porque vi lo que estaba pasando en mi país, Países Bajos. Estamos tratando con un regreso del fascismo. No es populismo, es fascismo.

Se publicó en Estados Unidos en 2018 y los estadounidenses dijeron no, a nosotros no nos va a pasar esto. Nosotros somos los Estados Unidos, el fascismo es una cuestión del pasado y yo dije, están equivocados, porque tienen en Trump, el clásico fascista contemporáneo.

Ellos dijeron, no, no, no. No va a ser violento. Yo les dije, espérense tantito. En su forma de hablar nos damos cuenta. Estamos tratando con un retorno del fascismo. También aquí en México.

—Aquí el problema es que hay un gobierno que quiere concentrar el poder, ataca los contrapesos, hay un culto por la personalidad y hay un exceso de propaganda y demagogia. ¿Cómo se escapa de eso?

—Es una pregunta clave. Este libro es mi respuesta a cómo tratar o cómo manejar el fascismo. Primero que nada, acaba de darnos una excelente descripción de lo que es el fascismo. Es el espíritu antidemocrático.

Es el demagogo que va a decir: todo el que está en contra de mí es mi enemigo. Es el prototipo del falso mesías, que quiere deshacerse de todas las instituciones y tener todo el poder para sí mismo. El que odia la cultura, el que odia que la gente desarrolle su propia mente crítica y usa la política del resentimiento mentiras y odio: ahí está el señor Andrés Manuel López Obrador.

Es crucial que las instituciones académicas se den cuenta que estamos tratando con un fascismo, que usen la palabra fascismo, porque eso es lo que es.

Es un análisis muy objetivo de lo que estamos viviendo. Trump es un fascista; López Obrador es un fascista.

Tenemos que darnos cuenta de que, al ver lo que estamos enfrentando, entonces vamos a saber cómo luchar contra eso. En la segunda parte de este libro abordo cómo manejar la estupidez y las mentiras en las que incurren los fascistas.

Primero que nada, los periodistas tienen una responsabilidad muy importante, porque solamente puedes luchar contra la maquinaria de propaganda, utilizando los medios para decirles cuáles son los hechos y la verdad. ¿La gente que está votando por López Obrador son fascistas? No. Tienen el cerebro lavado y no están lo suficientemente educados para entender lo que está pasando. Son las víctimas de la estupidez y las mentiras.

En el último capítulo, hablo de cómo los que estaban viviendo en la era estalinista de la ex Unión Soviética, enfrentaban muchas cosas iguales con lo que se vive hoy. La cultura de la cancelación era lo que estaban manejando.

Ante eso, la respuesta final se llama iluminación. Iluminar a la gente. Con este libro, especialmente a la gente joven, le estoy dando una herramienta para que descubran los valores y virtudes para luchar en contra de esta era.

—En el contexto en el que estamos debemos evitar o reiterarnos preguntas como ¿Quién soy yo?, ¿cómo puedo realizarme?

—Te puedes realizar, al hacer lo opuesto a las selfies. La idea esencial es que vivas en la verdad, que hagas justicia, que crees belleza y que tengas compasión. Eso sería un buen principio.

—Antes de leer el libro pensé ¿será un texto para documentar el pesimismo o para documentar el optimismo?…

—Hay una cita muy famosa de Gramsci. Se trata del pesimismo de la situación y el optimismo de la voluntad. No debe permitírsenos aceptar una situación tal como es.

Es hora de responder. Cada uno, en su propia situación, dentro de sus propias posibilidades y capacidades.

Imagínate que la gente del señor López Obrador, que están en el Congreso y tienen que representar los intereses del pueblo, pero no lo hacen, porque son puros borregos que siguen al líder y no les importa nada. Esta traición, la traición dentro de las élites es corrupción.

La peor forma de corrupción es la que yo llamo corrupción moral y dentro de las élites, incluso la intelectual, hay mucha corrupción.

Todo el mundo puede darse cuenta de que estamos en un punto crucial en la historia. Tenemos tanta tecnología, tanto dinero (mal repartido, pero tanto), pero lo relevante es que lo que está en juego es el futuro de nuestra propia civilización