Nunca hay que decir nunca. Y menos cuando se trata de revistas de espectáculos. TV Notas le ha dedicado una especie de semblanza a Claudia Sheinbaum en su nueva edición. Además, porque no hay semblanza que esté completa sin presencia en la portada, ha aparecido en la cubierta de esta polémica publicación. Bien podría ser un anuncio comercial (que lo es, aunque lo incluyan como un supuesto reportaje), pero la intención, según ellos, es dar a conocer quién es Claudia Sheinbaum.

TV Notas tiene muy marcada su línea editorial: contar la vida privada de los famosos, y también la vida pública, pero sobre todo privada, que eso es lo que les ha dado popularidad. Problemas ha habido un montón: celebridades que acuden a la vía legal para desmentir lo que se dijo de ellos. La tendencia nunca ha cambiado para esta revista. La misión es inmiscuirse hasta el último rincón de intimidad de todas las personas que roban miradas en la farándula.

Se supone que la política debe ser más seria que la farándula, aunque en México ambos mundos estén mezclados todo el tiempo. Y no, no por los famosos que incursionan en los partidos y pretenden jalar votos, sino porque la actitud de los políticos «de verdad», de los profesionales, se asemeja con mucha lealtad a la de una telenovela o una comedia. Pero incluso sin dejar de tener en cuenta eso, la nota de Sheinbaum se sale de toda lógica.

¿Por qué una revista que está dedicada al espectáculo dedicaría un espacio informativo a una aspirante a la presidencia de México? Y sin medias tintas lo dicen desde el título: quieren explicar quién es, cual folleto propagandístico. El texto recoge datos biográficos de Sheinbaum que podrían leerse en Wikipedia o en cualquier sitio de Morena que recoja la trayectoria de una de sus presidenciables. También hacen un breve recuento de su «vida amorosa», que no es más que una recopilación de lo que se conoce a nivel público: su compromiso nupcial con Jesús María Tarriba.

Si fuera un perfil, se hablaría de ella no sólo de manera más extensa, sino también mencionando los puntos críticos de su carrera política, que en la semblanza de TV Notas sencillamente no existen. ¿Qué objetivo puede tener esto? Simplemente querían promocionar a Sheinbaum. La respuesta de ella, si la hay, es muy predecible: dirá que no tuvo nada que ver, que la nota se hizo de manera espontánea. Porque, obvio, ella y todo Morena son diferentes a Peña Nieto y Angélica Rivera, que se volvieron especialistas, desde antes de llegar a Los Pinos, en aparecer en estas revistas.

Y ahí no había contemplaciones. No sólo por la frivolidad que implica ser político y aparecer en la prensa rosa, sino porque no parecía que fuera un interés genuino en sus vidas, o mejor dicho, existía un interés por ofrecer una visión idealista de ellos. Tal cual: una pareja de telenovela. Aunque, irónicamente, una entrevista de Rivera con Hola!, fue la causa que detonó el reportaje, publicado por el equipo de Carmen Aristegui, sobre la Casa Blanca, un punto de ruptura en el sexenio peñanietista.

Sheinbaum no parece muy preocupada por la discreción. Por eso su nombre está en todos lados y ya hasta hay peleas entre ella y Marcelo Ebrard por ver quién ocupa las bardas del otro (como si fueran propiedad de ellos). Y qué mejor, si ya está dispuesta a inundar la vista de todos, que aparecer en una revista de alcance masivo. Aunque lluevan las críticas, aunque se contradigan, aunque hoy haga lo que tanto se aborrecía del anterior presidente. Todo queda en el olvido y más en la política. Como si fuera una telenovela, Sheinbaum supo interpretar todos sus papeles, los que recuerda puntualmente TV Notas en su biografía autorizada, y ahora está en el clímax de su rol presidencial. Los aspirantes a actores tienen todo que aprenderle.