Es difícil imaginar a Galilea Montijo enojada, ni a cuadro ni fuera de las pantallas. Pero sí la hemos visto «respondona» en algunas situaciones. Y es que con tres décadas en el ambiente artístico, la conductora de Televisa asegura que ha hecho callo ante los chismes o rumores que la rodean, aunque también reconoce que ha descargado su molestia a patadas.

«Antes los tomaba (los chismes) de una manera porque estaba sola, después, pues el que más me preocupa es mi hijo, mis hijos, porque al final es la gente que te conoce también, y a la gente que te quiere y la gente que te conoce, pues no necesitas darles explicaciones», dijo en su programa Netas divinas donde hablaron sobre las malas vibras.

Debido a su popularidad y su presencia mediática, Gali se ha convertido en objeto de innumerables ataques, especialmente cuando comete el más mínimo desliz (como aquella vez que confundió de qué iba la película Roma de Alejandro González Iñárritu), y aunque ella misma se ha reído de sus fallos, los rumores infundados son los que la descolocan.

«Personalmente hay muchos que me han dolido y que lo único que han hecho es tirarme al piso y meterme en una depresión espantosa, y luego sales y a lo que sigue», como el último cuando un hombre que conoció en un reality la acusó de brujería para afectarlo laboralmente.

Varias veces ha evitado emitir comentarios sobre lo que se dice de ella, pero otras veces no lo ha logrado. Y aunque nunca se ha hecho de palabras con los periodistas o creadores de contenido que la abordan para sacarle una declaración, reconoce que ante la insistencia su trato es más rígido.

«Me he vuelto muy dura, de una piel muy gruesa, no digo que no duelan, te dan ganas de salir y decir ‘¡ay, ya estuvo bueno!, ¿no?, ¡ya, de una vez ya párenle!’, pero sí te vas volviendo como durita, como ‘¿qué dijeron?’, ‘¿quién lo dijo?’, ‘ah, ok’, haces callo», dijo.

Le sucedió durante la presentación de La casa de los famosos México, donde un supuesto reportero de Chisme No Like le preguntó por qué (presuntamente) se quejaba de la prensa, si ellos solo «deben» cumplir con sus órdenes de trabajo, que es «buscar carnita» para hacer más chismes y destrozarlos.

Su respuesta fue épica: primero hizo como si se hubiese olvidado quién hablaba y después le reprochó que muchos de ellos solo se dedicaban a buscar reacciones para ganar likes, «los reporteros de antes, recuerdo, siempre investigaban las notas (…), me quejo de la manera de por qué preguntar cosas que ni siquiera salieron de la vida real de los famosos».

Con los años, Gali ha aprendido cómo reaccionar a esas preguntas incómodas, pero hubo un tiempo en que la insistencia la rebasó y llegó a los golpes… contra una pared.

«Fue hace muchos años, muchísimos años, solamente una vez me metí y los reporteros me preguntaban cada martes y cada martes y cada martes y cada martes, hasta que llegó un día que dije ‘güey, de verdad…’, nunca contesté mal, yo siempre era ‘bueno, pues por algo y tal’, (pero) me metí a camerino y, sí, disculpita, Televisa, te debo una pared, patadas a la pared, un día tenía que explotar», confesó entre apenada y divertida.

«Ya te maquillas, rímel y ya, sigues», pero Galilea reitera: siempre pensará en sus hijos antes de confrontarse con los medios.