¿Hay un exceso de chismes y cotilleos en la oficina? ¿Te afecta esta conducta que llevan a cabo tus compañeros? A continuación, te explicamos cómo afrontar dichas situaciones.

Los chismes en el trabajo se parecen a los virus. Es cierto que forman parte de cualquier ecosistema y que son casi como un sonido de fondo persistente. Pero pueden enfermarte, porque los murmullos y cuchicheos a tu espalda duelen e incomodan, crean fricciones con los compañeros y hasta ponen obstáculos a la productividad.

Muchas de estas dinámicas hirientes actúan como ventiladores que escampan críticas denigrantes y rumores tóxicos del todo infundados. No te extrañará, por tanto, que dichas conversaciones maliciosas tengan, a veces, un serio impacto en la salud mental de los trabajadores. Por ello, es necesario disponer de herramientas eficaces para protegerse de las mismas.

A continuación, compartimos algunos consejos con el fin de que salvaguardes tu bienestar en estos contextos.

«La mejor munición contra las mentiras es la verdad; pero no hay munición contra los chismes. Es como la niebla que el viento claro sopla y el sol la quema».

~ Ernest Hemingway (Por quién doblan las campanas) ~

Efectos de los chismes en el trabajo

Hay un hecho curioso. Los chismes actúan, en ocasiones, como el pegamento social que une a los grupos en los escenarios laborales. Tienen un lado positivo, porque sirven para transmitir información -veraz o no- y facilitan, al mismo tiempo, la formación de pequeños núcleos de individuos. Sin embargo, también evidencian un reverso oscuro y problemático.

Una publicación de Frontiers in Psychology enfatiza esta misma particularidad. En algunos casos resultan funcionales; en otros, estos rumores se convierten en conductas perjudiciales que buscan dañar la reputación de alguna figura. De hecho, es probable que sepas lo que se siente en estas mismas circunstancias. Y no es algo agradable.

En las siguientes líneas, te describimos qué consecuencias acarrean los chismes en el trabajo.

Hieren la imagen personal

Los chismes son, por encima de todo, información no verificada que se extiende en un entorno laboral. Aparte, poseen la particularidad de expandirse más rápido que la velocidad de la luz y de tener, casi siempre, un contenido morboso que denigra o devalúa a la víctima. Esto, en caso de mantenerse en el tiempo, trae serias consecuencias.

Tal y como señala un artículo de la revista Frontiers in Public Health, los rumores negativos perjudican la salud mental de los empleados y lo hacen a través del capital psicológico.

Es decir, la persona ya no sabe cómo relacionarse con los demás y sufre un daño en su autoimagen. Ese atentado emocional a la reputación afecta a su credibilidad y al desarrollo en la propia empresa. Son experiencias muy debilitantes.

Distracción y pérdida de productividad

Quien escampa rumores desplaza la atención de lo que es importante, hacia lo superficial e infundado. Estarás de acuerdo, además, en que los chismosos despistan al resto, descuidan sus tareas y se focalizan en conversaciones inútiles y dañinas. Solo buscan ese combustible cotidiano con el que nutrir su malicia y los oídos de los demás con calumnias o medias verdades.

Tales dinámicas no solo impactan al rendimiento, sino que elevan el riesgo de errores, de atrasos y descuidos en la responsabilidad laboral.

Clima de trabajo tóxico y hostil

Los chismes en el trabajo, cuando son persistentes y de valencia negativa, crean escenarios irrespirables. En caso de que no se pongan filtros ni barreras a las habladurías, tarde o temprano, aparecerán los antagonismos y la hostilidad.

En este sentido, un interesante libro, Dark Sides of Organizational Life Hostility, Rivalry, Gossip, Envy and other Difficult Behaviors, recopila los lados oscuros de la vida organizacional, detallando que los chismes, la envidia y la rivalidad son esas dinámicas vitriólicas que llenan de toxicidad cualquier escenario laboral. Y esto, como puedes imaginar, se traduce en climas de desconfianza y baja productividad.

Estrés y malestar emocional

Todos, en algún momento, sentimos interés por los comentarios chismosos. Tienen un componente jugoso que estimula la curiosidad y que nos genera un pequeño pico de serotonina y dopamina. No obstante, como demuestra la experiencia, tales conversaciones maliciosas implican un coste emocional.

Cuando los comentarios y rumores sobre ciertas personas se mantienen en el tiempo, hay un desgaste mental inmenso. Pero dicha negatividad va más allá de las propias víctimas. Se crea un ambiente general de inseguridad porque la mayoría asume que, en algún momento, también. Algo así se transforma en estrés, preocupación y malestar.

Los chismes negativos en el lugar de trabajo generan un notable debilitamiento social y efectos perjudiciales en los empleados, ya que pueden destruir el autoconcepto y el comportamiento de las personas afectadas por el rumor.

Si la persona que escampa los chismes en un escenario laboral cuenta con autoridad y poder, estas dinámicas dañinas son mucho más lesivas sobre el clima general del trabajo y los empleados. Tanto es así que la desconfianza y la ansiedad elevan el riesgo de que, quizás, se opte por dejar el puesto debido a ese clima insalubre.

Consejos para lidiar con los chismes en el trabajo

Uno de los mayores gurús sobre la comprensión y manejo de los chismes en las empresas es Sam Chapman. Es autor del libro The No-Gossip Zone (2009), un interesante análisis sobre cómo lidiar con este tipo de dinámicas.

Algo que resalta en sus páginas es que la tarea de prevenir y abordar dichas realidades no está solo en el empleado: el papel del líder es crucial. Te explicamos cómo responder ante estas realidades tan frecuentes.

Comunicación directa

Si escuchas un rumor sobre ti u otra persona, actúa. Abordarlo de forma directa con quienes divulgan estos chismes es algo prioritario. No dudes en tener una conversación respetuosa y asertiva con esas figuras, para que detengan la conducta dañina. La comunicación abierta y honesta es la mejor herramienta con la que prevenir malentendidos y detener los chismes en su origen.

Busca el apoyo en los líderes y recursos humanos

Los chismes destruyen reputaciones y afectan la productividad. A ningún directivo o gerente le interesa que esto suceda y, por ello, es decisivo que te comuniques con recursos humanos o con el líder de tu trabajo. Plantear la situación y precisar el efecto que esto tiene en el clima laboral, es algo prioritario.

Desde estos estamentos, su función también debe ser la de atajar tales realidades lo antes posible. Con este fin, resultan útiles las siguientes estrategias:

  • Crear una política de empresa que prohíba la aparición de chismes y aplicar sanciones cuando surjan.
  • Promover el lema de que la organización es un área «libre de chismes y falsos rumores».
  • Detallar con exactitud en qué consisten los chismes dañinos y por qué deben evitarse.
  • Definir una normativa interna clara en este aspecto y que llegue a todo el mundo.

Sé un ejemplo para los demás

Si no deseas ser víctima de los chismes, tampoco los permitas; sé un ejemplo de honestidad. Si todos fuéramos capaces de detener la propagación de noticias falsas, evitaríamos muchos sufrimientos. Procura siempre cuidar y preservar la confidencialidad de lo que te revelan y no contribuyas a la difusión de datos ajenos.

Promover una cultura de apoyo y reconocimiento de todo compañero contrarresta la negatividad asociada con los rumores y chismes.

Los chismes, virus del ambiente laboral saludable

Los chismes están presentes en cualquier escenario social. Eres testigo de ellos en la escuela, entre tu familia, vecinos, grupos de amigos y, cómo no, en el trabajo. El ser humano siempre ha adorado cotillear y escuchar rumores. Va en el ADN de muchas personas y esto nadie lo puede negar.

No obstante, cuando los chismosos se instalan en los trabajos y comentan información hiriente, la autoestima se fragmenta y el desempeño se reduce. Son realidades que contaminan el clima laboral hasta volverlo insalubre. Los líderes tienen un papel clave en este aspecto, tanto para atajar tales conductas, como para fomentar, a su vez, escenarios más colaborativos.

En caso de que ahora mismo seas víctima de algún rumor o cotilleo, no dudes en actuar y pedir ayuda a dirección o recursos humanos. Seguro que aplicarán mecanismos para detener dicho comportamiento poco ético y nocivo.