De acuerdo al Instituto Nacional de Transparencia (INAI), el sexting ha tenido un incremento considerable y México es uno de los países latinoamericano que más lo practica, indicó el maestro Jorge Luis Ceyca Hernández, al hablar de este fenómeno que se refiere a la compartición de contenido multimedia, fotografías con carácter sexual y erótico a través de dispositivos móviles.

El docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), expuso que este fenómeno se presenta en niños desde los 10 años de edad, pero no es exclusivo de este sector, sino que también es practicado por jóvenes y adultos y es precisamente la modalidad en la que se desarrolla lo que hace que sea atractivo para los sujetos.

“Se ha disparado arriba del 52 por ciento de la población y curiosamente México como país latinoamericano es uno de los que más practican este fenómeno. Datos recaban que, hablando ya de género, es el género femenino es el que más resulta atractivo esta cuestión”, declaró.

Puntualizó que, son los niños, niñas y adolescentes el sector poblacional más vulnerable, debido a que no han alcanzado una madurez, están en plena búsqueda de identidad, sumado a la curiosidad y el querer explorar su sexualidad, características que los llevan a incursionar en la práctica del sexting.

“El sector más vulnerable precisamente comienza con los niños, sobre todo si no hay un buen control parental (…) cuando utilizan las redes sociales, cómo las utilizan porque ellos son, en este caso, la población más vulnerable y susceptible a que sean sobre todo presas de otro fenómeno denominado grooming”, mencionó.

Explicó que existen dos tipos de sexting: el activo y el pasivo; el primero consiste en el envío constante de imágenes con carácter sexual. El sexting pasivo, es aquel que recibe esa información y que cada vez quiere más.

El especialista señaló que existen diversos riesgos por practicar el sexting, entre ellos el ser víctima de extorsión al ser evidenciados por hacer públicas sus imágenes sin consentimiento; genera en la persona una inestabilidad emocional y psicológica, además de dañar las relaciones personales y poner en riesgo su seguridad.

Ceyca Hernández, recomendó a los padres de familia fortalecer los lazos de comunicación con sus hijos, tener un monitoreo constante en el manejo de los dispositivos electrónicos y redes sociales, así como configurarlos para mayor control de la privacidad y en caso de ser víctimas inmediatamente repórtalo con la autoridad competente.

“Existen organizaciones como el INCIBE, que es el Instituto Nacional de Ciberseguridad que nos da precisamente este tipo de apoyo no solamente de carácter legal porque también hay repercusiones legales, sino también de carácter emocional”, compartió.