El gobierno mexicano se ve beneficiado por importar combustibles más baratos y porque a su vez ha ido reduciendo el subsidio a la gasolina debido a una menor inflación.

Uno de los efectos positivos del superpeso en la economía mexicana es que las compras que realiza en el extranjero son más baratas, y México es un gran importador de gasolinas. Sin embargo, esta ventaja no se ha dejado sentir en el bolsillo de los mexicanos, ¿por qué?

En México, la cotización al público de la gasolina no depende sólo del precio de importación, sino que hay otros factores para determinarlo, como la calidad, transporte, almacenamiento y comercialización, así como la ganancia de las estaciones de servicio y los impuestos al valor agregado (IVA) y el especial sobre producción y servicios (IEPS).

El año pasado, cuando México enfrentó los niveles de inflación más altos en casi 20 años, el gobierno federal comenzó a aplicar fuertes subsidios a la gasolina vía descuentos al IEPS con el objetivo de contener el alza de precios.

Con este subsidio, el gobierno federal dejó de recaudar 397,298 millones de pesos en 2022, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, pero se evitó que el precio de la gasolina llegara a 40 pesos por litro, dijo Alejandro Montufar, director general de PetroIntelligence.

El año pasado, mientras en México el precio de las gasolinas se mantuvo por debajo de los 23 pesos por litro, en Estados Unidos se ubicó en alrededor de los 27 pesos, de acuerdo con información de PetroIntelligence.

«El subsidio hizo que el precio de las gasolinas en México no se elevara tanto. Cuando en el resto del mundo empezó a reducirse (el precio de las gasolinas) por la caída en el precio del petróleo, en México no pasó así», apuntó Ana Azuara, gerente de análisis económico de Grupo Financiero Base.

Entre enero y mayo de este año, debido a la reducción del subsidió al IEPS y a la importación de gasolinas y diésel, el gobierno ha recaudado 62,047 millones de pesos, cuando en el mismo periodo del año pasado recibió 9,428 millones.

También disminuyeron los montos de las importaciones petroleras, que suman 24,287 millones de dólares, cuando entre enero y mayo de 2022 la cifra fue de 27,742 millones, de acuerdo con cifras del Banco de México (Banxico).

¿Bajará el precio de la gasolina?

 

Este año el precio de las gasolinas y diésel se ha mantenido sin grandes cambios a pesar de que ha bajado el precio del petróleo y el peso ha ganado terreno frente al dólar, debido a la disminución del subsidio al IEPS.

Para muestra, el 14 de julio pasado, la Secretaría de Hacienda informó que el estímulo fiscal para el litro de la gasolina Magna es de 1.46 pesos, de 0.08 centavos para la Premium y de 50 centavos para el diésel.

En el primer trimestre de este año, el IEPS por litro de Magna fue de 5.9195 pesos, por la Premiun se pagó 4.9987 pesos y 6.5055 pesos por litro de diésel, según datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).

“Lo que tiene que pasar es que el gobierno recupere los recursos que perdió. Eso está explicando por qué el precio no ha bajado”, señaló Alejandro Montufar.

Hay señales de volatilidad en el mercado, lo que no permite que se hable de una tendencia a la baja en el precio de las gasolinas, agregó el directivo de PetroIntelligence.

“El precio va a bajar porque hay expectativa de una crisis económica global. En Estados Unidos el precio de la gasolina bajó a partir de diciembre de 2022, por todo el tema económico -bancarrotas de los bancos en EU, inflación en Alemania, crisis en China-; el precio baja porque hay temor de una recesión muy fuerte”, dijo Montufar.