Uxmal, la ciudad prehispánica que cautiva por sus majestuosos edificios adornados con filigrana de piedra, sigue develando misterios en la serranía de Yucatán, México.

“Encontramos una ofrenda dedicada a la señora Chak Chel y el caminante del inframundo, las deidades plasmadas en la estela 18 que se halló en octubre pasado en el mismo sitio”, contó a EFE José Huchim Herrera, director de la zona arqueológica de Uxmal y la Ruta Puuc del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La estela tiene grabada en una parte a la deidad femenina de ojos grandes, con el pecho descubierto, brazaletes, una falda hasta los talones y en la mano izquierda sostiene un quetzal, el ave sagrada de los mayas.

En la otra parte está el dios de la abundancia, que lleva un tocado de ala ancha con plumas, una cabeza de lechuza que simboliza el inframundo y sostiene en la mano izquierda un bastón y en la derecha un bulto con brazaletes.

Atrás del Palacio de Ah Uitzil Chaac (señor de las colinas), el último gobernante de Uxmal, se encuentra el palomar o estructura 26, donde los investigadores que forman parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) encontraron un cajete y cuatro vasijas que corresponden al Clásico Tardío y Clásico Terminal, es decir, del 700 al 1.200 d.C

El investigador, con más de 30 años de trayectoria en la restauración y rescate de zonas arqueológicas como Chichén Itzá, Uxmal y la Ruta Puuc, explicó que la ofrenda formó parte de un ritual cuando se colocó la estela 18.

Actualmente se realizan investigaciones “de micro-vestigios para determinar qué contenían las cuatro vasijas que estaban tapadas por una especie de plato”.

“El descubrimiento y las investigaciones se realizan gracias a los recursos del Promeza que se derivan de los trabajos del Tren Maya en el Tramo 3 que va de Calkiní, Campeche, a Izamal, Yucatán”, aseguró.

El arqueólogo dijo a EFE que se realizan trabajos de restauración e investigación en otros edificios de la ciudad prehispánica “para entender mejor la arquitectura, temporalidad de los edificios y los sucesos políticos y económicos que ocurrieron en Uxmal, que en lengua maya significa la tres veces construida”

Huchim Herrera habló también del trabajo que realizaron en Uxmal un grupo de mujeres mayas, provenientes de Santa Elena y otras comunidades del sur de Yucatán.

Las mujeres mayas, ataviadas con huipil o ropa moderna, juntan piedras labradas, las limpian, marcan las piezas y barren los escombros para agilizar el trabajo de los arqueólogos, restauradores e investigadores.

Para el arqueólogo, que dedicó parte de su vida a dar esplendor a la zona arqueológica de Chichén Itzá, lo más importante del trabajo femenino es la recuperación de su identidad.

“Cuando participan en los proyectos de rescate del patrimonio arqueológico fortalecen su identidad y se van redescubriendo como mayas, empiezan a valorar la evidencia de nuestros antepasados”, explicó.