A pesar de su importancia para el ecosistema, el destino de muchos de estos anfibios es la muerte.
Ahora que en el sur de Tamaulipas ya se hizo notoria la temporada de lluvias con el paso de la tormenta tropical “Alberto”, las lagunas incrementaron su nivel; cocodrilos han salido a pasear y el croar de los sapos y las ranas se escucha entre la quietud de la noche. Su presencia es común durante estos días y no es por casualidad que lleguen a los patios.
El biólogo Gabriel Wildx lamenta que muchos de estos anfibios terminan siendo violentados por el ser humano debido al desconocimiento y desinformación que los lleva a creer que son animales sin un propósito.
“Algunas personas les tienen temor, pero la realidad es que estos animales son totalmente inofensivos, realizan una función importante en el ecosistema. La mayoría de ellos se alimentan de moscos, cucarachas, entre otros insectos que al momento de proliferar se convierten en una plaga. Los anfibios como los sapos y las ranas controlan dicha población”.
La naturaleza es sabia y es más que claro que cada especie tiene su tarea; mientras que con las lluvias también incrementa la reproducción del mosquito transmisor del dengue, los sapos y las ranas amortiguan su proliferación contribuyendo a eliminar el riesgo de que el ser humano contraiga dicha enfermedad que en algunos casos es grave y puede causar la muerte.
Si en el patio o dentro de tu casa encuentras a un sapo o una rana no debes de temer, ni hacerles daño. El especialista en biología recomienda reubicarlos donde no cause algún conflicto o molestia, para ello no debemos tocarlos con las manos al descubierto.
“Son animales extremadamente sensibles. Son capaces de respirar a través de la piel. Podemos causarle algún daño si los tocamos con las manos al desnudo, ya que a veces traemos restos de alguna sustancia como desinfectante, cremas humectantes, protectores solares y demás. La recomendación es usar guantes”.
Añadió que hay algunos sapos que pueden causar irritación al contacto, pero no son venenosos. “Los sapos de caña (rhinella horribilis) tienen tienen unas glándulas parótidas donde secretan sustancias que pueden ser irritantes, principalmente para las mascotas”.
Finalmente, Wildx subrayó que reubicar a estos anfibios antes de hacerles algún daño, debe ser la única opción si los vemos en casa y es que su población se encuentra en un declive drástico, precisamente por el daño directo del ser humano, así como el cambio climático y la perdida de su hábitat.