PARÍS.— La casa Chanel organizó ayer un desfile “como un invierno aterciopelado junto al mar”, con grandes sombreros de playa, vestidos anchos y confortables, y camisones.
El desfile giró en torno al tema de la escapada de fin de semana, ilustrado en pantalla grande por un diálogo en blanco y negro de cierta intensidad erótica entre Brad Pitt y Penélope Cruz, y que termina con la reserva de una habitación en un hotel.
Una colección concebida como un “homenaje a Deauville, ese lugar mítico donde Gabrielle Chanel encontró su destino”, explica la directora artística Virginie Viard en sus notas del desfile.
Fue en Deauville, una elegante estación balnearia del noroeste de Francia a orillas del Canal de la Mancha, donde Gabrielle Chanel abrió en 1912 su primera boutique donde vendía un accesorio muy apropiado en la ventosa Normandía… el sombrero de playa.
Este accesorio fue la estrella de este desfile otoño-invierno 2024/2025, usado por la mayoría de las modelos, en versión blanco inmaculado o rosa empolvado, siempre con bordes extra anchos, levantados en la parte superior y decorados con elegantes joyas plateadas.
La paleta de la colección también fue inspirada por los tonos vivos o pastel, desde rosa, malva, naranja y azul pálido hasta los cambiantes colores del cielo de Deauville.
Los vestidos de lencería marfil suceden a los conjuntos románticos, vestidos de muselina con volantes, que evocan por su ligereza el movimiento de las olas o del viento.
La supermodelo Gigi Hadid desfiló con un discreto conjunto de falda y suéter negro, lazo Chanel en el cabello y una hábil cascada de collares estilo años 20 en oro alrededor del cuello.
Virginie Viard también ofreció a sus clientas gabardinas con hombros anchos. Largos abrigos ceñidos sobre trajes de tweed, a veces en versión pantalones cortos, pantalones de peto o con sujeciones en la parte posterior.
Deauville tiene ese lado eterno, desde hace 66 años que hoy no ha cambiado mucho”, observa al margen del desfile la diseñadora de moda Inès de la Fressange, quien durante mucho tiempo fue musa de la casa.
Naomi Campbell, Vanessa Paradis o la cantante Rachel Zegler ocuparon los asientos de primera fila de este
espectáculo muy cinematográfico.
Looks futuristas
Louis Vuitton desfiló por la noche. Cerca de cuatro mil invitados vinieron a presenciar en el patio del Louvre el show de aniversario de los 10 años del diseñador Nicolas Ghesquière en Vuitton, quien dejó una nota de agradecimiento en cada silla dirigida al jefe del grupo, Bernard Arnault, quien, por coincidencia de calendario, celebraba ayer sus 75 años.
Los looks futuristas y llamativos dieron lugar a vestidos muy metalizados, desde un atuendo completamente dorado o plateado a abrigos de piel imponentes, con una colección de muñequeras y mitones invernales para calentarse las manos en los días más fríos.
El sombrero también se robó el protagonismo, en una versión de gorro gris y negro, una reinterpretación del muy político pussyhat, símbolo feminista llevado en versión de punto y de color rosa por las opositoras a Donald Trump y a la política antiaborto.
Los invitados cruzaron la extensa Cour Carrée del famoso Museo del Louvre (algunos se detuvieron para tomar fotografías en cabinas decoradas con logotipos de LV) para llegar al lugar, una carpa que llenaba un patio interior.
Parecía un mercado francés cubierto de hierro y vidrio del siglo XIX, pero con un enorme globo futurista con tubos parpadeantes en el centro.
Ésta es una velada significativa”, escribió el diseñador en las notas del desfile, una carta al público metida en un sobre dejado en cada asiento, recordando la alegría de su primer desfile para la marca.
Diez años después, esta tarde es un nuevo amanecer.”
Una banda sonora atmosférica con ruidos chirriantes y zumbidos de neón culminó en Disco Science, de Mirwais.
Las modelos desfilaron por la pasarela rápidamente, al ritmo de la música, luciendo minifaldas voluminosas, vestidos relucientes, chaquetas con incrustaciones de joyas y pantalones transparentes y ligeros.
Algunos llevaban guantes peludos, otros llevaban gorros de punto con un pliegue plano que rebotaba a lo largo de la pasarela, mientras que había bolsos de diversas formas y tamaños.
En Miu Miu, la hermana pequeña fantasiosa de Prada, los invitados vinieron “vestidos” con la colección anterior, piernas desnudas y principalmente en calzoncillos y trajes de baño, a pesar de los 11° C afuera.
El vestuario invernal 2024/2025 de la diseñadora Miuccia Prada recibió un impulso iconoclasta, en naranja y azul claro en faldas muy amplias y estructuradas.