Ante dicha situación, se prevé que incremente el número de migrantes varados en ciudades fronterizas del país.

Luis ha estado empleado en el Instituto Nacional de Migración (INM) durante más de 15 años, y nunca antes había recibido una circular informándole que, debido a la escasez de recursos, el Gobierno de México suspendería las deportaciones de migrantes a sus países de origen a partir del 1 de diciembre.

Luis les dijo a sus superiores que esa decisión iba a traer consigo un creciente flujo migratorio en las diferentes zonas de paso y de cruce, e incluso el cierre de puentes internacionales.

MILENIO recorrió de norte a sur algunos de estos puntos; en Piedras Negras, Coahuila, donde trabaja Luis, los miles de migrantes que han llegado para cruzar de manera irregular la frontera con Eagle Pass provocaron que autoridades estadunidenses cerraran el puente Internacional 1, desde hace más de una semana.

“No hay intención en las oficinas de Aduanas de reabrir el puente”, dice Luis y asegura que el cierre es una manera de presión del gobierno de Texas para que las autoridades mexicanas aborden el tema migratorio. “Cada día llegan unas dos mil personas que quieren cruzar la frontera. Desafortunadamente con ellas también regresan los traficantes de personas”.

De acuerdo con Luis, agentes del INM ya ni siquiera se acercan a los migrantes, su testimonio coincide con lo visto en Ciudad Juárez, donde ninguna autoridad mexicana hace presencia ante las decenas de migrantes que esperan, junto al Río Bravo, un descuido en el rondín que realiza la Guardia Nacional de Texas para cruzar un alambrado de púas, pararse frente al muro metálico y formar una fila, en espera de que los reciban los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Óscar Ibáñez, representante de la gobernadora en Ciudad Juárez, augura que la creciente llegada de migrantes podría generar el cierre comercial de uno de los cruces internacionales, como sucedió semanas atrás cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, instaló revisiones a la salida del puente Córdova de las Américas, lo que generó pérdidas millonarias.

“Es responsabilidad del gobierno federal atender el tema de la migración… Necesita asignarse recursos, presupuesto y declarar esta falta de recursos como una crisis”.

El INM ya no tiene ninguna estancia migratoria en Ciudad Juárez, “la más cercana está en Janos, a 208 kilómetros”, dice Ibáñez y recuerda que el gobierno federal hizo un compromiso con la gobernadora y con las autoridades estadunidenses para realizar operativos e implementar mecanismos de protección a migrantes.

En Matamoros, Tamaulipas, son cerca de 3 mil migrantes varados por la suspensión de deportaciones, según la organización pro migrante Ayudándoles a Triunfar.

Gladys Cañas, representante de dicha organización, dice que cientos de ellos fueron deportados y su situación quedó en el limbo. “Es gente desesperada que quisiera regresar a sus países de origen, pero ya no hay recursos federales”.

 

Venezolanos, la mayoría de los migrantes a la espera

 

En los datos que maneja Cañas, de esos 3 mil migrantes varados sobresale que el 72 por ciento son de Venezuela y que el 30 por ciento son niños.

El flujo migratorio en el sur del país no es menos grave, la suspensión de deportaciones por parte del INM ha provocado el aumento de migrantes en el Istmo de Tehuantepec, al parecer se ha propagado la noticia de que el Centro de Movilidad Migratoria de Juchitán, Oaxaca, sigue operando, pese al cierre anunciado por el gobierno del estado, y decenas de migrantes acuden al lugar para continuar su camino hacia la frontera.

Ahora por la famosa carretera Panamericana se ven de nueva cuenta las filas de migrantes, quienes caminan en grupo, de acuerdo con Diana Chavolla, responsable del albergue migrante, se espera un aumento del 60 por ciento de migrantes, principalmente familias.

“Sin recursos, los agentes del INM no pueden hacer operativos; ojalá esto no se desborde”.

Quienes tienen órdenes precisas de no detener migrantes es la policía de Campeche.

MILENIO obtuvo una copia del oficio con fecha del 27 de noviembre, dirigido a elementos estatales, adscritos a la subsecretaría de Operación Policías. En ese documento se informa “la no detención sin fundamento a migrantes o por lo que se conoce como el no impedimento a su libre tránsito”. Sólo en caso de que se les sorprenda en la comisión de delitos serán arrestados.

Los tres puntos restantes del oficio ordenan abstenerse de realizar acciones de verificación migratoria, evitar la inspección de documentos, y no violar los derechos humanos del migrante.

Entre las restricciones migratorias impuestas por las autoridades estadunidenses y la suspensión de deportaciones, los migrantes empiezan a desplazarse a otras zonas en México, como las turísticas.

En los últimos meses, la región norte de Quintana Roo, conocida por sus destinos turísticos como Cancún, Playa del Carmen, Puerto Morelos y Tulum, ha registrado un incremento en la presencia de migrantes, tan es así que ya se observa a gente de la India, trabajando de meseros en taquerías, de guardias de seguridad privada o de repartidores de comida rápida.

En lo que va del año se han rescatado al menos tres autobuses de migrantes de la India, además, la Novena Región Naval continúa ayudando a balseros cubanos, tal y como el rescate a inicios de diciembre de siete personas, a 140 kilómetros al norte de Isla Mujeres.

Si bien proyectos como el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional de Tulum han contribuido al flujo migrante, hay quienes optan por trabajar en la informalidad, pero la mayoría busca regularizar su situación laboral a través de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social; por ello el sector turístico se ha convertido en un atractivo para los migrantes.