El Barcelona ratificó su superioridad sobre el Real Madrid al que goleó con facilidad en el Estadio de Montjuïc.


BARCELONA — El Barcelona impuso su ley en el primer Clásico femenino disputado en Montjuïc. Tres semanas después de que Jude Bellingham silenciase las gradas del Estadi Lluís Companys, el equipo de Jonatán Giráldez no dio ninguna opción al Real Madrid de Alberto Toril y le aplastó por un incontestable 5-0, sentenciado ya en una primera mitad soberbia.

La duda, si pudiera llegar a considerarse como tal, duró apenas un cuarto de hora, el tiempo que tardó Aitana Bonmatí en romper la igualada en el marcador. Hasta entonces quiso el equipo merengue tutear con el balón a las azulgranas. A partir de ahí fue todo poco menos que un monólogo de las campeonas, que ya se fueron al descanso con el partido sentenciado (3-0) y la sensación de haber podido incluso humillar a un rival que no disparó ni una sola vez a puerta y que se salvó, gracias a Misa y los palos, de acabar ese primer tiempo totalmente hundido.

Es el Barça una máquina perfectamente engrasada, liderada por su Balón de Oro y que puede tomarse la ausencia de Alexia Putellas (lesionada en una rodilla) sin ningún síntoma de preocupación.

Consumidas las primeras nueve jornadas de Liga el título puede darse prácticamente por decidido. El Barça cuenta sus partidos por victorias y el Madrid, que acudió a Montjuïc con el sueño de ganar su primer Clásico y darle alcance en la clasificación, se queda ya a seis puntos y más pendiente de pelear el subcampeonato con Levante, Atlético y Madrid Club de Fútbol que en pensar con acabar con este incontestable dominio del equipo azulgrana.

Aitana abrió el marcador al superarse el primer cuarto de hora y hasta el descanso el Barça estrelló tres remates más en el palo, mientras Misa le salvó dos goles a Patri Guijarro y Salma Paralluelo en lo que fue un primer acto arrollador de un campeón que no tuvo ninguna clase de condescendencia con el rival.

Quiere y crece, sí, el Real Madrid pero sigue siendo el Barcelona un equipo muy superior, consciente de su mando y que puede tomarse cualquier partido, al menos en la Liga, con una confianza absoluta. Así se entiende que el 3-0 del descanso fuera un 5-0 al final, cerrado el marcador en el último instante con dos goles más anotados por Claudia Pina y la joven Vicky López y tras una segunda mitad en la que el campeón bajó las revoluciones… sin que ello provocase ni una sola opción al rival.

El Clásico femenino sigue vistiendo de azulgrana. Sin discusión.