El mercado chino ya tiene una participación de 27.5% de la proveeduría externa a México de ese metal; en 2022 las compras crecieron 57%, a 3,202 millones de dólares.

Las importaciones a México de aluminio y manufacturas de aluminio desde China se dispararon en los últimos dos años, hasta alcanzar una participación de 27.5% de la proveeduría externa mexicana de ese metal.

Estas compras chinas crecieron a tasas interanuales de 61% en 2021 y 57% en 2022, para llegar a 3,202 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

México es un gran productor de metales como oro, plata y cobre, pero prácticamente no produce aluminio.

China se convirtió así en la segunda fuente de importaciones mexicanas de aluminio, detrás de Estados Unidos (3,968 millones de dólares) e India (772 millones).

El aluminio primario es un metal en forma de un lingote de aleación común o un lingote de valor agregado (por ejemplo, fundición, palanquilla, varilla y planchón).

Estas mercancías se venden principalmente a clientes que fabrican productos para los mercados de transporte, edificación y construcción, embalaje, alambre y otros mercados industriales, y a comerciantes.

Comparando 2022 con 2012, las importaciones mexicanas de aluminio y manufacturas de aluminio desde Estados Unidos crecieron 36.7%, y las correspondientes desde China subieron 204 por ciento.

Al menos en el abastecimiento para el sector automotriz esto cambiará. Las reglas de origen del sector automotor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) exigen que 70% de las compras de acero y 70% de sus compras de aluminio de los fabricantes de vehículos, por valor, deben originarse en países del T-MEC.

Medidos por separado a nivel de fabricante de vehículos, estos requisitos se aplicaron al entrar en vigor el acuerdo, a menos que estuvieran sujetos a una etapa de cumplimiento flexible.

Con el fin de brindar a los fabricantes de vehículos tiempo para ajustarse a estos nuevos requisitos, el T-MEC prevé un régimen alternativo de etapas que permite a los productores cumplir gradualmente con los niveles de valor de contenido regional hasta por cinco años antes de cumplir con los requisitos estándar.

Los productos de acero y aluminio se consideran originarios si el acero semiacabado importado o el aluminio en bruto sufren una transformación que da como resultado ciertos cambios arancelarios en los países del T-MEC.

Un requisito adicional entrará en vigor en 2027. Según este requisito adicional, todos los procesos de fabricación de acero deben ocurrir dentro de un país del T-MEC para que las compras de acero califiquen como originarias según las normas de origen. Esto se conoce como requisito de “fundido y vertido”.

A su vez, las industrias del aluminio de Estados Unidos y Canadá están fuertemente interconectadas, ya que cada mercado es un importante socio comercial del otro en toda la cadena de valor del aluminio.

De los 6.4 millones de toneladas métricas de aluminio importadas a Estados Unidos en 2022, casi la mitad provino de Canadá, según un análisis del Congreso estadounidense.

La producción canadiense de aluminio primario alcanzó aproximadamente 3.03 millones de toneladas métricas en 2022, más de tres veces la de Estados Unidos, y la gran mayoría de esa producción se exportó a Estados Unidos.