Este domingo 8 de octubre Anabel Pantoja volverá a la casa de Guadalix de la Sierra con un objetivo muy concreto

Anabel Pantoja (37 años) ha aceptado la última proposición de la octava edición de ‘Gran Hermano VIP’. La influencer, que es colaboradora habitual de la edición, acudirá el próximo domingo 8 de octubre a la casa de Guadalix de la Sierra junto a Belén Rodríguez para llevar a cabo una importante misión que afectará directamente a los concursantes. Aunque todavía no hay muchos detalles sobre lo que tendrán que hace la sobrina de Isabel Pantoja y su compañera en reality, seguro que darán mucho de qué hablar. Y a pesar de que el formato de Telecinco no ha confirmado nada, tiene toda la pinta que tendrá que ver con la prueba semanal. Además de esta inesperada llegada para los habitantes, Gustavo será el siguiente concursante en afrontar la dinámica de la ‘curva de la vida’, en la que entre otros episodios de su trayectoria abordará su relación con María Teresa Campos ante la mirada atenta desde el plató de la nieta de la presentadora, Alejandra Rubio.

Durante la gala del domingo uno de los nominados (Albert, Gustavo, Laura o Pilar), el que menos votos haya acumulado, protagonizará una original salvación de cara a la expulsión del próximo jueves y además se activará en directo la máquina de los deseos, que llevará a los participantes a afrontar un nuevo dilema en torno a si están dispuestos a pagar por lo que la máquina les ofrece o no. Entre su oferta estará incluida cierta información del exterior. Pero no solo eso, los cuatro concursantes que se juegan su estancia en la casa de Guadalix responderán a las preguntas que los espectadores plantearán a través de las redes sociales. Sin duda un gran momento como el que el pasado programa protagonizaron Bozzo, Caniggia y Sol.

Albert, derrumbado por el vuelco en ‘GH VIP 8’

Para sorpresa de Albert, salió nominado por sus compañeros tras ser acusado de «metemierda», unas palabras que le causaron una gran pena. Y es que las razones de sus compañeros para que subiera a la palestra (que hablaba por detrás de todos ellos) le hicieron reflexionar entre lágrimas.  «Soy una mala persona, porque he hablado por las espaldas de todo el mundo», dijo el catalán limpiándose las lágrimas mientras intentaban calmarlo.

«La gente no me aman. Han aplaudido cuando me han llamado ‘mete mierda», «Soy lo peor. Me voy, me van a echar. Lo sé«, siguió comentando sin consuelo ninguno en el jardín de la casa, después de que la mitad de los participantes le diera puntos, entre otras cosas, por llevar y traer «chismes» por detrás. «Te juro que nunca lo he hecho para hacer daño», insistió a Laura, que no paró de decir que se tranquilizase. Pero no contento con lo ocurrido, después fue a pedirle perdón a Karina por nominarle con un punto, o a Michael, por meterlo entremedias de una disputa con Susana. «Me voy, hermana», vaticinó a Carmen Alcayde, que intentó también que se calmara.